sábado, 21 de abril de 2007

La calle mayor

Los dos duros que por mi diste una vez, no me llegan ni pa alcohol, ni pa merca, ni pa pipas.
No recordaba absolutamente nada, el tiempo parecía detenido, como asqueado por pasar cada día entre las rendijas de que dejan los cuerpos cuando se rompe un abrazo. Nada ocurría a su alrededor. Nadie parecía reparar en el, en sus olores, en sus sonidos. Todo parecía increíblemente pálido, como si yodo color fuera más sensible a la luz, como si todo fuera paz. Llovía, pero no se mojaba su chaqueta, y los charcos no reflejaban las luces de la ciudad. Los edificios grises le agarraban de los hilos que mueven el alma y esperaba que pudieran llevarle de regreso a su hogar. Y sin embargo sabía que nunca volvería a pisar aquella tierra que no recordaba.

1 comentario:

Anónimo dijo...

merca?????