No tengo mucho más que decir que ayer, disfruté de nuevo, hora y poco de viaje mediante, de un corto pero intenso concierto del amigo Pablo Moro. Quien no conozca su música, debería ir pensando en conocerla, así aunque solo sea por curiosidad, porque la verdad es que el tío hace música muy muy elegante... Un ejemplo...
Pues ese fue el tema concierto de Pablo y su guitarra, y cada canción que sonaba, pensaba, que ganas de tercer disco, que ganas... No sé como andará ese disco, pero solo espero que salga, que tengas suerte y que salga bien.
Y bueno, despues del concierto de Pablo (era el artista invitado), disfrutamos un buen rato del cómico-músico-trovador Sergio Makaroff. Lo cierto es que es también sumamente recomendable, y el momento fue muy muy divertido. Eso si, la compañía ayudó...
Un saludo para todos y todas, y para el borracho que se precipitó contra las rocas...
Llevo muchos días dándole vueltas a esta canción de Vetusta Morla, su significado (para mi), todo aquello que representa. Y es ni más ni menos porque llevo más días dándole vueltas ala idea que creo se encierra en la canción...
En fin, supongo que ya hemos perdido para siempre el rumor que nos vio nacer...
Ahora solo queda esperar, poder pagar una jaula, poder agachar la cabeza frente al domador y tratar de ponerme guapo para ti...
Ya ni siquiera sé si quiero ser un león...
Mierda, claro que quiero. No necesito que nadie se ponga guapa para mi, ni disfraces, no necesito dilatar las pupilas, ni las noches, ni los sueños de cartón. O quizá si. O quizá no necesitar nada de eso sea mi propio sueño de cartón. Quizá por eso nunca juegue a ser feliz...
Engañar, seducir, ponerme guapo para ti...
En fin:
Por el día nos encierran en sus jaulas de cemento y aprendemos del león. Por las noches atrapamos corazones asfixiados y disparos en su honor.
Mírame, soy feliz, tu juego me ha dejado así. Consumir, producir, la sangre cubre mi nariz. No sé dónde quedó el rumor que nos vió nacer, pagó la jaula al domador.
Dilatamos las pupilas en encuentros con sirenas con las piernas de neón. Y blasfemamos por dios, prometemos por vos.
Machacamos nuestros cuerpos prietos por un sueño de cartón. Mírame, soy feliz, tu juego me ha dejado así. Disfrazar, seducir, ponerme guapo para ti.
No sé dónde quedó el rumor que nos vió nacer, pagó la jaula al domador. Mírame, soy feliz.
Mírame, tu juego me ha dejado así. Mírame, ¿qué hago aquí? Mírame, tu juego me ha dejado así.
No sé qué fue de aquel rumor que nos vió crecersiendo la carne del león. Mírame, soy feliz, tu juego me ha dejado así. Engañar, seducir, ponerme guapo para ti.
No sé dónde quedó el rumor,pagó la jaula al domador. Mírame, soy feliz. Mírame, tu juego me ha dejado así....
Ayer estuve en el concierto de Carlos Chaouen. Un conciertillo de gratis, aunque prometió volver por aquí pronto con la banda... Le vi por primera vez hace muchos años, pero aquello no cuenta...
El caso es que tras escucharle en directo, tengo que decir que es un pedazo de escritor, un grande y que me avergüenzo de todo lo que he escrito hasta ahora, después de haberle visto. Yo me retiro, no vuelvo a escribir.
Es cierto que no pude ir a aquel concierto y para paliar el dolor del pecho cogí los bártulos, la buena compañía y un poco de basura para cenar y me fui a Santander a ver a Pablo Moro. Es cierto que fue un gran concierto y es cierto que tocó varias canciones del nuevo disco y no es menos cierto que apunta a gran disco. Dicho todo esto, os dejo una canción nueva de Pablo del concierto de Bilbao.
Y os dejo un poco de tartamudeos estúpidos...
Es cierto que nada ya me recuerda a otros tiempos, es cierto que he vendido el corazón a la historia, es cierto que acordarme de ti es tenerte cerca, y es cierto que he descubierto que quererte es calmar mi pecho, encontrar el lugar para dormir, mecer las angustias hasta que huyan, y volverme adicto a saber de mi para saber de ti.
Me han enviado (gracias Fran) un correo con información sobre un tema de Luis Guitarra (gracias María por descubrirme a este tipo). Así que como me parece interesante, copio y pego:
DOMINGO 21 DE SEPTIEMBRE: DÍA INTERNACIONAL DE LA PAZ
La organización ”Como tú, Como yo” y el cantautor madrileño Luis Guitarra se suman conjuntamente a esta iniciativa y hacen una propuesta de Paz con el estreno del videoclip de la canción DESAPRENDER LA GUERRA.
Ayúdanos a difundir este videoclip y que su mensaje llegue a otras muchas personas en este Día Internacional de la Paz, para poder acabar con todas las guerras (actualmente hay más de 50 conflictos armados en el mundo) y que millones de víctimas y damnificados puedan reinaugurar la Vida.
Me gustaría que no me doliese hablar de paz, pero aquí en este país, territorio, comunidad autónoma, o lo que os salga de la polla (a mi me da igual como lo llamen, pero que se acaben las muertes), hay un conflicto muy serio. Hay gente que mata y después pide legitimidad. Por mí no tenéis ninguna.
Acabo de llegar, ya lo he dicho, pero en breve me vuelvo a ir. Y es que ultimamente no paro ni un instante. Ultimamente se refiere más o menos a los últimos 5 meses. Esos meses que me han revolucionado en gran medida. Así que vuelvo a desaparecer por un tiempo más o menos prolongado, no sin antes dejar una cancioncilla que desde hace un tiempo me ronda por la cabeza. Me ronda porque es un gran poema hecho canción. Habla de un caminante (que al parecer es algo así como lo que soy) y de su camino. Además, me he sentado un instante frente al televisor y ha aparecido la versión de Miguel Ríos. Ahí les dejo...
Cantares
Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo caminos, caminos sobre el mar.
Nunca persequí la gloria, ni dejar en la memoria de los hombres mi canción; yo amo los mundos sutiles, ingrávidos y gentiles, como pompas de jabón.
Me gusta verlos pintarse de sol y grana, volar bajo el cielo azul, temblar súbitamente y quebrarse...
Nunca perseguí la gloria.
Caminante, son tus huellas el camino y nada más; caminante, no hay camino, se hace camino al andar.
Al andar se hace camino y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino sino estelas en la mar...
Hace algún tiempo en ese lugar donde hoy los bosques se visten de espinos se oyó la voz de un poeta gritar "Caminante no hay camino, se hace camino al andar..."
Golpe a golpe, verso a verso...
Murió el poeta lejos del hogar. Le cubre el polvo de un país vecino. Al alejarse le vieron llorar. "Caminante no hay camino, se hace camino al andar..."
Golpe a golpe, verso a verso...
Cuando el jilguero no puede cantar. Cuando el poeta es un peregrino, cuando de nada nos sirve rezar. "Caminante no hay camino, se hace camino al andar..."
Hoy mientras venía para el trabajo, como siempre llevaba música en el coche. A menudo simplemente la oigo, por aquello de ir conduciendo. Hoy solo han sonado dos canciones en todo el trayecto, por una par de razones, una de ellas es que son dos canciones que me han dado patadas en algunos momentos y quería escucharlas así que han sonado trozos varias veces; y la segunda es que como los "señores" "transportistas" están de huelga-jodienda, no tardo cincuenta minutos en llegar a trabajar, me he quedado en el módico tiempo de diez minutillos. Pero el tema de las huelgas-jodienda lo dejamos para otro día, junto con gobierno-incompetente, que me tienen muy calentito.
El caso es que han sonado dos canciones que me gustan, y por azares del destino, me ha dado por ponerme a escribir mentalmente, esa mierda que hago para después olvidarlo, pero como hay huelga-jodienda, he llegado a tiempo de acordarme de cosas. Así que en esta semana de huelga de creatividad, me ha salido este esquirol:
Ansío angustiosamente que me duelas, que me impidas galopar, que me golpeen tus iras, tus dudas, tus excusas. Ansío angustiosamente tus ausencias, las carencias absolutas de te quiero y te echo de menos, de no consigo olvidarte. Ansío angustiosamente cometer errores a tu vera, desencadenar tempestades, hundir miserias a golpe de guiños, maniatar apesadumbrados pasados. Ansío angustiosamente tus caricias escondidas, tus tímidas vergüenzas, tus ropa en el suelo y tu pecho en mi pecho, tu verso, tu palabra, tu promesa. Ansío angustiosamente mirarte a escondidas, saberme en tus dudas, mirarme en tu espejo, decirle al placer que te espere, que ya llegas, y pedirle a los trenes que se vayan sin despedirse. Ansío angustiosamente tu cuerpo, y tu alma, porque temerario, aún pienso en ti.
Y por supuesto las canciones, en estricto orden cronológico de aparición en mi mañana de jueves. Un saludo.
Una vez un gran hombre... (en realidad cada vez que digo algo así es porque me voy a inventar algo, pero si lo dijo un gran hombre es más creíble, recurso facilón de cuentacuentos, por cierto, ¿os he dicho que estuve de curso de cuentacuentos?, bueno sigo...) que no es necesario tenerlo y poseerlo todo para ser feliz, ni siquiera es necesario comprenderlo, basta con disfrutarlo.
Todo esto viene, a que como ya he dicho, el sábado estuve en un curso para cuentacuentos, porque un pamplinas como yo tiene que saber contar cuentos. Así que allí estuve y disfrute mucho, de escuchar cuentos y de contar un cuento. Unos minutos de nervios y placer. Deberían probar. Al final del curso, una serie de conversaciones interesantes, una de ellas sobre Galeano. Así que me he puesto a mirar y me ha gustado mucho un cuentecillo que yo interpreto así (cada cual que se saque su moraleja). Aquí os lo dejo, y al final un regalito...
La historia del arte
Un buen día la alcaldía le encargó un gran caballo para una plaza de la ciudad. Un camión trajo al taller el bloque gigante de granito. El escultor empezó a trabajarlo, subió a una escalera, a golpes de martillo y cincel. Los niños lo miraban hacer.
Entonces los niños partieron de vacaciones, rumbo a las montañas o el mar. Cuando regresaron, el escultor les mostró el caballo terminado. Y uno de los niños, con ojos muy abiertos, le preguntó:
-Pero... ¿Cómo sabías que adentro de aquella piedra había un caballo?
Y ahora el regalito, aunque a mí, me quedó mejor, que lo sepáis.
Otra vuelta. Las 4 y 51 minutos de la mañana. Le digo hola de nuevo a la almohada. Me mira, me sonríe y yo a ella. Sigue siendo de noche, pero empieza a clarear. Creo que ya he mirado un millón de veces el reloj esta noche. Otra vuelta. Dolor de cabeza. Sueño. Dolor de cabeza. Ansias. Nauseas. Dolor de cabeza. Otra vuelta. Vuelvo a mirar el reloj. Las 4 y 54 minutos de la mañana. Pienso vomitar. Es lo único que me salva. Es lo único que me dice, de manera irrefutable, que estoy vivo. Me duelen los dedos de apretar el edredón. Me duelen los ojos de intentar cerrarlos. Otra vuelta. Suspiro. Arranco esperanzas de nadie. Pienso en otra cosa cualquiera. Nada ocupa mi mente. Otra vuelta. Nervios. Angustia. Desazón. Me froto el pelo. Lo corté hace una eternidad. A las 2 y 37 minutos. El estómago aprieta. El estomago informa de que quiere vomitar. De nuevo. Hace otra eternidad de la última vez. Por lo menos una hora. Más vueltas. Más dolores. Más tormentos. Más desesperanzas. Las 6 y 57 minutos por fin. Agua fría en la cara. En el pecho. Agarrotados los dedos. Ensombrecida la mirada. Los pantalones. La camiseta. El bolso. La chaqueta. El dolor de cabeza. El aire frío en los párpados. Un paso. Otro paso. Otro paso. La puerta del garaje. Escaleras. La llave en el contacto. Pensar en nunca más. En por que. Suspiro. Dolor de cabeza. Arrancar. La música…
Tengo que reconocer que tengo una pequeña manía. Cuando tengo un libro, un cd o algo similar entre mis manos, lo primero que hago, es buscar los agradecimientos, y reconozco que me emociono. Además, lo hago cada vez que abro una tesis y de hecho, a menudo me gusta revivir ese momento en el que escribes algo así. De hecho, aseguro sin pudor que ya tengo escritos, en parte, algunos de los agradecimientos de mi tesis. Pero también estoy seguro que me costará mucho más escribir ese pequeño apartado que todo el mogollón de resultados y discusión, os lo aseguro. Porque es en agradecimientos cuando te sientas y haces un recorrido real por todo lo que has pasado hasta conseguir eso que casi tienes entre las manos. Me parece absolutamente difícil hacerlos bien.
Hasta que hoy en el coche tranquilamente, iba yo escuchando el nuevo disco de Facto Delafé y las flores azules (me sigue encantado Helena, por Dios, que ternura que dulzura...), y me encuentro con una última canción que me ha dejado helado. Asombrado, y lo siento, me veo obligado a colgarla aquí. Cada día me sorprenden más esta gente, nunca había oído algo similar.
Siempre es un gran momento para dejar de fumar, siempre es interesante decir, me resisto a mis vicios y los controlo. Pero la verdad es que hoy, en general todo el fin de semana, es un gran momento para volver a fumar. Si lo pienso, hay algo que ahora mismo me apetece mucho. Me apetece coger un poco de tabaco, y liarlo con cierto cariño. Me apetece echarme un cigarro tranquilo. Me apetece un verso en la ventana. Me apetece entregarme a un vicio, y fumar es tan malo como cualquier otro vicio. La verdad es que me gustaría tener una guitarra donde apoyar el cigarro, alguien a quien pedir fuego, o simplemente tener algo que hacer antes de ese cigarro. La verdad es que fumar es solo la excusa. Si me preguntan, no fumo, pero les confieso que lo que me apetece ahora, es un cigarro.
Como el tabaco es solo una excusa, para lo que sea. Para ser mayor, para huir de la soledad, para sentarse en el camino un instante, para olvidar que te echo de menos... como decía el tabaco es solo una excusa para algo. Hoy para mí, es para poneros un video de segundo disco de Pablo Moro, Smoking Point. El tema en cuestión, “gastadas palabras de amor”, es una típica canción de un tipo cualquiera que se cree especial, vamos, que si pasado de todo, que si poeta, que si ostias. El caso es que me gusta saber que mi postura de odiar a la ciudad y soñar con sobrevivir en ella aparece en un video de un cantante que no me desagrada en absoluto. Pues es, ahí les dejo a Pablo paseando por la ciudad, con las manos en los bolsillos y viendo que la vida sigue lamentablemente a su alrededor, y es que por muy solo que te sientas, la puta ciudad no se para a tu antojo, mierda de ciudad... y yo sin tabaco.
Edito este asunto para colocar otro temita del joven, que así de repente me ha gustado, no se que ostias pienso de la vida, pero aunque no llegue a nada...
Les dejo la letra:
Te ví en el corazón de aquel disco que giraba empañando los cristales con acordes de Tom Waits. En el humo de la noche tu cuerpo se desnudaba y rodaban por el suelo las fronteras de tu piel.
Planeaste un viaje “al moro” mirando por la ventana cómo las gotas de lluvia desgarraban la ciudad, y volviste sonriendo a meterte en la cama y la luna de madrugada se durmió en tu paladar.
Entre versos de Allen Ginsberg ensuciando nuestra almohada renunciamos a ser tristes prometiéndonos mañana. Y la eternidad duró lo que dura un fin de semana.
Llenamos nuestras bocas con millones de deseos y drogamos nuestros cuerpos con poemas de William Blake. Aquel era el principio del camino del exceso y aprendimos la respuesta al enigma del querer.
“Lléname de tus historias, que se detengan las horas. Regálame la llave de tu imaginación. Ojalá la vida fueran sólo estas pequeñas cosas. Ojalá el mundo existiera sólo en esta habitación”.
“El viaje más infinito que te puedo prometer llega sólo hasta el domingo más triste de cada mes”. Algo se rompió en silencio. Empezaba a amanecer. Te vestías muy tranquila y yo cogí la guitarra. “Quizá sea ésta la última canción que cantaré”. De tu viaje al fin del mundo yo no quise saber nada. De mis noches sin futuro te negaste a conocer.
Y en el autobús de vuelta mirabas por la ventana memorizando el paisaje que no volverías a ver. En la puerta de tu casa no hizo falta decir nada. “No me mientas, no me digas nunca te olvidaré”.
Y entre calles solitarias recuerdo aquel par de días maldiciendo cada lunes con toda su realidad. Qué puta es la vida a veces, y otras qué de verdad.
El viernes me voy al concierto de Facto Delafé y las flores azules con Maitane (la rojilla), así que os dejo el video del single de su último disco "La luz de la mañana", el indio. Ya os he hablado alguna vez de ellos, y como en las anteriores ocasiones el video es de lo más divertido, y además, las letras son sumamente, digamos, costumbristas. Vamos, mola. Un beso, disfruten de la canción.
Es tan solo ese pequeño, ese breve espacio de tiempo, ese lapso entre tus respiraciones y las mías. Ese momento en el que tú me miras y yo huyo hacia el suelo. En ese corto periodo de una vida explotan en mí innumerables esperanzas, deseos y angustias. Hablas muy bajo, temiendo que entre las sombras alguien diga que esta mal sentirse bien, y yo hablo más bajito porque no quiero despertar de ese momento, en ese lugar.
Es tan solo ese pequeño, ese breve especio de tiempo posterior, cuando huyes y huyo. Tú por tu miedo a dudar, y yo… yo, en mitad de mis dudas, por mi miedo a ganar. Concedemos el vuelo a una vida y después le cercenamos las alas, con la única ansia de que nada cambie, poder mirarte a escondidas mientras tú, tú miras a suelo. Por favor no mires, me desmorono y solo pienso en vencer la batalla en tus labios.
Una de esas canciones de noche maravillosa que ha de acabar. Y a mi, carretear se me da genial. Y que se jodan las flores, nunca estuve en aquel Santiago, pero si en otro... una vez estuvimos...
Hoy otro par de canciones. Una de ellas porque de desmonta. Me desmonta del todo si el estado de ánimo es el correcto. En ese caso me quedo helado sin saber responder. Esta boca es mía. Con Olga Román ahí al final, enorme, frágil y a la vez dolorosa cuando su voz se te mete dentro.
Más vale que no tengas que elegir entre el olvido y la memoria, entre la nieve y el sudor. Será mejor que aprendas a vivir sobre la línea divisoria que va del tendio a la pasión.
No dejes que te impidan galopar ni los ladridos de lo perros ni la quijada de Caín. Que no te dé el insomnio por cantar las gaviotas del desierto, las amapolas de París.
Te engañas si me quieres confundir esta canción desesperada no tiene orgullo ni moral se trata sólo de poder dormir sin discutir con la almohada dónde está el bien, dónde estáel mal.
La guerra que se acerca estallará mañana lunes por la tarde y tú en el cine sin saber quién es el malo mientras la ciudad se llana de árboles que arden y el cielo aprende a envejecer.
Y sal de ahí a defender el pan y la alegría. Y sal de ahí para que sepan que ESTA BOCA ES MIA.
Ahora una vez desmontado, que ya me da igual. Viene la otra canción. Precisamente Olga Román, ya sé que suena ñoño y todo eso, que es una canción para nenas, pero es lo que soy. Olga Román tiene esa voz que como diría alguien que conozco, te va poniendo cachondo según la vas oyendo. Sin darnos cuenta.
Robaria en las rutas del polen por vestirme de frutas y aromas abriría en esta danza una puerta a la esperanza por sentir que estás tan cerca de venir
Buscaría botellas y genios en el bosque de todos los cuentos los secretos de las brujas los tendría en mi sombrero por saber que no hay peligros que sufrir
Ay amor, si estuvieras conmigo lo feliz sería fácil como un silbido Ay amor, si estuvieras más cerca lo feliz sería todo sin darnos cuenta
Dormiría al calor de la leña cuando arde al olor de la noche y a la luz de las hogueras te daría mis poemas por decir lo que ya sabes sin decir
Ay amor, si estuvieras conmigo lo feliz sería fácil como un silbido Ay amor, si estuvieras más cerca lo feliz sería todo sin darnos cuenta
Hoy no traigo nada y sin embargo lo traigo todo, con todo lo que no digo. Solo vengo a dejar caer de mis bolsillos algunas cosas que tenía guardadas. En mi bolsillo izquierdo, donde llevo siempre las llaves tengo una canción. Una llave que de dice que queda una opción para ser. Porque quiero ser.
Toma la luna un matiz cuando te busco a oscuras una serpiente pregunta que dónde guardo mis dudas una gaviota me trae dulces de hojaldre azul y cada mano o sustancia que toco eres tú.
Luciérnagas indecentes alumbran la playa, quizá sean pateras o angelitos de la guarda. Menuda marea que tengo en la espalda, menuda cabeza, ¿quién me la guarda?
Menos mal que tengo la luna prisionera dentro de mi corazón por si alguna vez me falta o no tengo fuego poder encenderme con su voz.
Quién eres tú por soñar, espejo de tu niñez, quién anuda tus deseos, que dice tu piel. Cuánto fumas por callar, hórreos de imaginación, cuánto succionas del mundo para poder ser yo.
Las ventanas de tu cara son frutas prohibidas, quizás el pecado es seguir aún con vida. Menuda insistencia que tengo en la espalda, menuda cabeza, ¿quién me la guarda?
Menos mal que tengo la luna prisionera dentro de mi corazón por si alguna vez me falta o no tengo fuego poder encenderme con su voz.
Seré, quien tira la piedra, enseña la mano, quien roba canciones para ti.
Seré, quien siempre vive en su bosque lejano, quien busca el mar aquí en Madrid.
Seré quien te de un beso en la almohada y luego se vaya a otro jardín.
Seré el dividido sujeto que dijo el maestro que hay que ser para vivir.
En mi bolsillo de atrás, donde guardo palabras, ideas y algunas mentiras hay otra canción. Una idea, una utopía. Imaginen pistolas que disparen flores. Últimamente ando un poco desesperado con la posibilidad de un mundo mejor, porque yo he conocido estos días un mundo mejor... solo por eso...
No se si es cierto lo que he visto O es el efecto de una droga Que bien no todo es tan distinto Parece que el mundo que funciona
La gente ya no siente miedo Las sombras tienen mil colores El viento barre los problemas Y en las guitarras crecen flores
Y es que es tan alucinante Que hace días que no duermo Por si acaso al despertarme Veo que todo a sido un sueño
Porque nacemos indefensos Nos dan un nudo en el ombligo Luego nos quitan nuestros sueños Y nos confunden el camino
Maldigo a todos esos locos Que quieren gobernar la vida Sin las palabras del poeta Y sin las manos del artista
Y es que es tan alucinante Que hace días que no duermo Por si acaso al despertarme Veo que todo ha sido un sueño
En mi bolso, el libro de odas que me regaló Sara hace muchos años. Abro una página. Oda al átomo. Destrucción en vez de placer. Locura en vez de ternura y calor. Maldita sea. Si fuéramos buenos por naturaleza... si fuéramos Naturaleza...
Pequeñísima estrella, parecías para siempre enterrada en el metal: oculto, tu diabólico fuego. Un día golpearon en la puerta minúscula: era el hombre. Con una descarga te desencadenaron, viste el mundo, saliste por el día, recorriste ciudades, tu gran fulgor llegaba a iluminar las vidas, eras una fruta terrible, de eléctrica hermosura, venías a apresurar las llamas del estío, y entonces llegó armado con anteojos de tigre y armadura, con camisa cuadrada, sulfúricos bigotes, cola de puerco espín, llegó el guerrero y te sedujo: duerme, te dijo, enróllate, átomo, te pareces a un dios griego, a una primaveral modista de París, acuéstate en mi uña, entra en esta cajita, y entonces el guerrero te guardó en su chaleco como si fueras sólo píldora norteamericana, y viajó por el mundo dejándote caer en Hiroshima.
Despertamos.
La aurora se había consumido. Todos los pájaros cayeron calcinados. Un olor de ataúd, gas de las tumbas, tronó por los espacios. Subió horrenda la forma del castigo sobrehumano, hongo sangriento, cúpula, humareda, espada del infierno. Subió quemante el aire y se esparció la muerte en ondas paralelas, alcanzando a la madre dormida con su niño, al pescador del río y a los peces, a la panadería y a los panes, al ingeniero y a sus edificios, todo fue polvo que mordía, aire asesino.
La ciudad desmoronó sus últimos alvéolos, cayó, cayó de pronto, derribada, podrida, los hombres fueron súbitos leprosos, tomaban la mano de sus hijos y la pequeña mano se quedaba en sus manos. Así, de tu refugio del secreto manto de piedra en que el fuego dormía te sacaron, chispa enceguecedora, luz rabiosa, a destruir vidas, a perseguir lejanas existencias, bajo el mar, en el aire, en las arenas, en el último recodo de los puertos, a borrar las semillas, a asesinar los gérmenes, a impedir la corola, te destinaron, átomo, a dejar arrasadas las naciones, a convertir el amor en negra póstula, a quemar amontonados corazones y aniquilar la sangre.
Oh chispa loca, vuelve a tu mortaja, entiérrate en tus manos minerales, vuelve a ser piedra ciega, desoye a los bandidos, colabora tú, con la vida, con la agricultura, suplanta los motores, eleva la energía, fecunda los planetas. Ya no tienes secreto, camina entre los hombres sin máscara terrible, apresurando el paso y extendiendo los pasos de los frutos, separando montañas, enderezando ríos, fecundando, átomo, desbordada copa cósmica, vuelve a la paz del racimo, a la velocidad de la alegría, vuelve al recinto de la naturaleza, ponte a nuestro servicio, y en vez de las cenizas mortales de tu máscara, en vez de los infiernos desatados de tu cólera, en vez de la amenaza de tu terrible claridad, entréganos tu sobrecogedora rebeldía para los cereales, tu magnetismo desencadenado para fundar la paz entre los hombres, y así no será infierno tu luz deslumbradora, sino felicidad, matutina esperanza, contribución terrestre.
Si, la verdad es que tiene bastante que ver con la canción Marea. Pero bueno, un poco de plagio, un poco de tal, un poco de cual...
Normal que se desvincule de mi tiempo el aire que mueve tu pelo, normal que me deje sentado en la acera la espera, la angustia, la decencia. ¿quién va a querer a alguien que se olvida un día sí y otro también de querer, de sentir, de saber?
Normal que me descalce y me robe el pulmón la venganza, la sangrienta miseria, la justicia poética, la mentira.
¿quién va a querer querer a un triste poeta de cañería?
¿quién va a querer mirar el segundero de una manos vacías?
Seguro que alguna vez les ha pasado, seguro que sí, que hay alguien a quien siempre desean llamar, porque ya no recuerdas sus manos, y les duele olvidar, y lo que más le apetece a sus huesos del oído es que les haga vibrar su voz, enlatada, pero su voz. Pues sí, hoy volveré a llamar, para saber que andarás haciendo...
Y es que no consigo olvidarme del barro, de la mirada nerviosa, de mis brazos alrededor de tu pequeño cuerpo... y sin embargo, todo eso queda relegado a un solo instante, volver a saber de ti, porque no consigo sacarme de la cabeza aquel "hijos de puta", el mío y el de Kutxi y tu a mi lado, porque no he vuelto a ser el mismo desde que tengo recuerdos de ti...
Además, hoy es el momento, porque ayer llamé y no hubo respuesta, apagado o fuera de cobertura, y hoy es el día, hoy vuelvo a llamar, y quiero saber...
A pesar de ser un tipo triste, huraño, ufano en mis defectos y todo eso... valoro la felicidad, y la reconozco. Por eso cuando alguien es feliz, me alegro y lo celebro. Y hoy vengo a celebrar la felicidad de quien lo es. La canción que más me recuerda a la felicidad es una canción pequeña, vulgar, cotidiana, normal y corriente, vamos, sencillamente brillante de Ismael Serrano. Pequeña criatura. Pues eso, para aquellos que no se cansan de ser felices y quieren ser más felices paso a paso. Me alegro mucho por ellos, pero mucho mucho eh!!
Pequeña criatura
Voy a buscarte a la salida del trabajo, a Madrid le faltan caricias y abrazos. Se los daremos ahora.
"¿Cómo ha ido todo? ¿Me has echado de menos? ¿Sabes,? anoche apareciste en mis sueños, llevabas menos ropa".
"Hoy he encontrado en el Segunda Mano un piso modesto, céntrico, barato, en el paraíso apenas a unos minutos, si vamos en Metro, del resto del mundo".
Sueño con ello mientras mi calor te espera. Impaciente, inexperto, yo quemo la cena. Llegas tarde a casa.
"¿Dónde te has metido? Te creía perdida". Me besas y aguantas mis bellas mentiras. Traes por fin la calma.
Un día de estos te doy un susto y te pido, seria y formalmente, que te cases conmigo. Ay, mi vida, un día el susto te lo doy yo a ti, y si me preguntas, te respondo que "sí".
Pequeña criatura, la esencia más pura va en frasco pequeño. Amor mío, ya lo sé, el mismo recipiente también encierra veneno.
Asumo el riesgo, te miro y planeo una vida contigo cargada de sueños. Y si no se cumplen cuando despertemos, con la luz del día ya veremos lo que hacemos.
Pequeña criatura, la esencia más pura va en frasco pequeño. Amor mío, ya lo sé, el mismo recipiente también encierra veneno.
Asumo el riesgo, te miro y planeo. Si te falta una almohada, yo te presto mi pecho. Y si no te amoldas a sus recovecos, con la luz del día ya veremos que hacemos.
Pues si, me auto medico. Que estoy triste, pues no pasa nada, porque soy así, pero si estoy demasiado triste, pues me auto medico. Busco aquella canción que tanta cantidad de serotonina hace producir a mi sistema nervioso... Y ya si la escucho en un bar... todo desaparece, todo flota y es algo así como la droga... En realidad esto me pasa con cualquier canción de Los Piratas con dos copas en un bar. Pues bien, El mundo de Wayne es mi antidepresivo favorito. Aquí lo tienen (por si no pueden oírlo, lo pongo en el reproductor de la columna lateral.
El mundo de Wayne
Al principio todos dijeron que estaba bien Al final todos subrayaron que no les gustaba demasiado Pero tuvieron que reconocer que era una idea fetén El color amarillo no te sienta demasiado bien
Y tal vez cuando hables con ese te mire a los ojos Y te diga que todo va bien, que cuando vamos a empezar a beber
Que todo va bien, todo va bien Es genial, es genial Marcha marcha, marcha marcha Vamos a hacer una fiesta, en el mundo de Wayne
Pero la triste realidad es que no hay ninguna posibilidad Si tu me hablas en japonés yo lo haré en inglés
Y tal vez cuando ella te mire a los ojos Y te diga ni to ke sai kamin komon llaman a esa canción
Todo es genial si se ve desde el punto de vista ideal Todo es fantástico y tu también lo serás Porque...
Por cierto, quiero dar las gracias a Ester y a Sara por descubrirme a Los Piratas hace tanto tiempo, como siempre aprendiendo de quien sabe más.