miércoles, 9 de abril de 2008

Uno coma tres segundos...

Es tan solo ese pequeño, ese breve espacio de tiempo, ese lapso entre tus respiraciones y las mías. Ese momento en el que tú me miras y yo huyo hacia el suelo. En ese corto periodo de una vida explotan en mí innumerables esperanzas, deseos y angustias. Hablas muy bajo, temiendo que entre las sombras alguien diga que esta mal sentirse bien, y yo hablo más bajito porque no quiero despertar de ese momento, en ese lugar.

Es tan solo ese pequeño, ese breve especio de tiempo posterior, cuando huyes y huyo. Tú por tu miedo a dudar, y yo… yo, en mitad de mis dudas, por mi miedo a ganar. Concedemos el vuelo a una vida y después le cercenamos las alas, con la única ansia de que nada cambie, poder mirarte a escondidas mientras tú, tú miras a suelo. Por favor no mires, me desmorono y solo pienso en vencer la batalla en tus labios.

Una de esas canciones de noche maravillosa que ha de acabar. Y a mi, carretear se me da genial. Y que se jodan las flores, nunca estuve en aquel Santiago, pero si en otro... una vez estuvimos...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Que suerte que seas capaz de retratar tan bien los momentos, así serán eternos...

¿hojas o uvas?

Aprendiz dijo...

Me he dado cuenta de que soy hojas. Serán eternos si quien los vive quiere que sean eternos... aunque ya sabemos que la eternidad es demasiado tiempo: te querré siempre, me voy para siempre... sólo son mentiras. Hoy es siempre todavía.

Frozen dijo...

es tan fugaz el tiempo...