jueves, 3 de abril de 2008

De valientes está lleno el cementerio...

Venga, penúltimo peñazo vomitado en el camino. Digamos que tiene un poco que ver con resistirse a caer rendido a aquello que no debiera ser. Digamos a ocultar con fuerza las cosas que el resto del mundo no debiera saber. Cobardías derivadas de trastornos antiguos (ostias como panes, vamos). Hay quien dice que sin riesgo no hay gloria. Los cobardes decimos, sin riesgo, no hay ostias. Y es que ya son muchas las derrotas, que se jodan las victorias...

Más me valdría saltar tejados
mirar las flores de los balcones,
más me valdría huir ahora
y sacar la basura de tantos años.

Sentarse en sus sueños no tiene lugar,
y volverme sincero a estas alturas
implica millones de pasos atrás,
sobre otros pasos.

Caer en la cuenta de mi miseria
no ayuda a saltar al vacio,
ni a acertar en las últimas cenas,
ni en las clases de entereza.

Ya nada se sienta donde debiera,
así que total,
si he de morir y salir de mi historia,
que sea,
por favor,
rápido.

PD. Mierda me acabo de dar cuenta de que tienes razón. Soy un puto 6.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

6= (1+1+1)!

Aprendiz dijo...

Oso ondo. Lo logró. Me alegro. Disfrute del resto del día.