jueves, 17 de abril de 2008

Son

Hace unos meses, en uno de esos fines de semana que hacemos en mi grupo con los chavales y chavales conversé con ellos sobre las cosas buenas que tiene cada persona. Aseguré, que todo el mundo tiene más de veinte cosas buenas, y sigo pensándolo. El caso es que entre ellos se dijeron las cosas buenas que tienen, pero ahora quiero decírselas yo. La verdad es que esto es algo que no leerán, ya que la verdad no quiero a ninguno de ellos por aquí viendo todas las debilidades se su monitor, pero quiero decirlo. Estos son mis niños y mis niñas, más de veinte, esta es mi rama y ellos y ellas son:

Son
la fuerza del querer ser y hacer,
la sonrisa que sabe que sonríe,
la arcilla que moldear pero que sabe brillar,
la irreverencia, el destronar de los reyes,
la lucha, la justicia y la injusticia,
lo que fui y lo que seré, lo que quieran ser,
la elegancia y la tranquilidad, la mirada de soslayo,
la alegría, la locura, desatar cada sentido,
la pequeña criatura,
un millón de vidas en una solo y pequeña,
la ternura, la carcajada y el tiempo pasar,
las ganas de agradar, de ser partícipe,
el cariño, los pasos del camino,
la imaginación vestida de ángel,
la sensatez que nos falta a los adultos,
un milímetro de aprendizaje por segundo,
la tímida estrella que quiere explotar,
la armonía que suena solo cuando quiere sonar,
cada palmo de un callejón que esconde todos los tesoros,
la verdad hecha verdad y repleta de convicciones,
el dolor que se torna enseñanza en unos ojos.

Eso son.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La verdad es que son increibles

"Cuando le miré a los ojos pude comprender que en ese cuerpecito había una fuente de vida fresca que no debía desaprovecharse ni una sola gota. La providencia ponía en mis manos el arte de educar, de sentir y en definitiva de amar" (Federica Pippoli, Palabras para un hijo... 1998)