viernes, 29 de agosto de 2008

Solitarios...

- No te entiendo, tío. No sé a que cojones viene todo esto.
- No viene a nada. No te pongas pesado, ya me conoces lo suficiente para saber que esto es lo que hay.
- No, no es lo que hay. Es lo que tú quieres que haya.
- Vale, lo que tú digas, no quiero discutir.
- Pues no discutamos. Pero dime ¿Por qué tú? ¿Tú que parece tan seguro, tan autónomo, tan…? ¿Cómo coño era esa palabra que te gusta tanto?
- ¿Anormal?
- No seas gilipollas, la palabra esa de los locos esos…
- Ataráxico… ya lo sabes.
- Eso, ataráxico. ¿Por qué tú que eres tan ataráxico?
- Simplemente porque no lo soy. No soy tan seguro ni tan autónomo, ni mucho menos… Bueno es igual, no lo entenderías.
- ¿Por qué no voy a entenderlo?
- Simplemente porque es demasiado complicado.
- Si ya, es complicado y no lo comprendería. ¿No será que tú tampoco lo comprendes?
- Claro que no lo comprendo. No seas pesado. No lo entiendo y punto. Además eres tú el que siempre me esta repitiendo que debo apoyar a nosequien o hacer sentir bien a otro nosequien.
- Ya pero nunca te he dicho que te olvides de ti.
- No me he olvidado de mí. Me he olvidado de ti.
- ¿Qué dices?
- Pues eso, que me he olvidado de ti. ¿Para qué parecer un solitario pudiendo serlo?

Gracias y adiós

Ojalá hubiera conocido todas las razones,
todas las soluciones,
y el lugar donde encontrarnos.
Ojalá hubiera sabido las palabras que hiceran
de todo,
un mal sueño.
Ojalá hubiera tenido las decisiones correctas
en mis bolsillos,
donde tenerlas a mano.
Ojalá hubiera descubierto alguna vez,
solo una,
la verdad,
el final.

Y sin embargo ahora,
solo recuerdo tu voz,
y tus manos.
Ahora solo recuerdo las lecciones
para hacernos,
para hacerme,
eso que debiera,
ojalá,
ser.

Y sin embargo ahora solo recuerdo tu voz,
y tus manos.
Ahora solo recuerdo la luz y los pasos,
el camino que mostrabas,
y que algún día,
cuando sea aquel que tu querias,
seguiré.

Y sin embargo solo recuerdo tu voz,
y tus manos.
Ahora solo recuerdo las tardes a oscuras,
preguntándome por qué,
sin respuestas,
y ahora por fin las encontré.

Y sin embargo solo recuerdo tu voz
enseñando,
mostrando,
y tus manos,
creando,
acariciando...

jueves, 28 de agosto de 2008

Que suerte tenemos con el transporte público...

No puedo evitarlo al leer la noticia...

Esta mañana he estado hablando de este tema. No voy a decir nada que no haya dicho ya.

Billete anual para todo el transporte YA!!!

miércoles, 27 de agosto de 2008

Estilita

Bueno ya se que llevo mucho tiempo sin utilizar esta pseudo-sección, pero quería presentarles a un amigo, el señor Simón. Os dejo más datos sobre el tipo en cuestión, el primer estilita...

Simón el estilita fue un santo que nació en Sisan, Cilicia, Siria a finales del siglo IV.

Es conocido como uno de los Padres del yermo. A los 15 años entró a un monasterio donde aprendió de memoria los 150 salmos de la Biblia, rezándolos cada semana, 21 cada día.

Se le considera el inventor del cilicio. Fue expulsado de un monasterio por su rigor absoluto, así que decidió ir al desierto para vivir en continua penitencia; allí, después de vivir en una cisterna seca y en una cueva, y a causa de la continua molestia que le suponían las muchas gentes que venían a visitarle, apartándole de la vida contemplativa y la oración y acercándole a la tentación, decidió que le construyeran una columna de 3 metros de altura, luego una de 7 y por último una de 17 metros para vivir subido en ella y alejarse del tráfago humano; sobre esta columna pasó sus últimos 37 años de vida, por lo que se ganó el sobrenombre de "el Estilita".

(Wiki dixit)


estilita.

(Del gr. στυλίτης).

1. adj. Dicho de un anacoreta: Que por mayor austeridad vivía sobre una columna. U. t. c. s.

La RAE siempre tan escueta y tan maja. Un saludo a la J (si, la se Jonki y la de ninJa)

Bajada de pantalones...

Bueno amigos y amigas, y gentuza en general, vengo a informarles básicamente de que soy un mierdas, y que como llevo unos meses de absurda abstinencia en lo que es el agujero de mi zurrón (vamos que no escribo ni ostias), he decidido hacer un fotolog, y así no tener que decir nada. Pues eso, solo informales del asunto en cuestión.

En realidad me autoengaño diciendo que lo mejor es diversificarse, y dedicar este lugar para los tartamudeos y cosas así y el fotolog en cuestión para el resto de mis deficiencias... vamos, que en realidad es que cada día soy más vago, más huraño y más absurdo... pero mucho más feliz que es lo importante, coño. Un beso y un abrazos juventud.

El último estilita

El último estilita

Recuerdo aún el día que pisé tierra por primera vez desde que inicié mi nueva vida. En este nuevo mundo a mí alrededor todo parecía sereno, contenido. Eso fue lo que me empujó a dar mi primer paso, a aprender de nuevo a caminar. Y sin embargo me equivocaba, apenas mis atrofiados pies rozaron el suelo, mis pulmones sintieron el golpe del aire impuro, e infectado de hambre, dolor y envidia. Cada mirada del mundo era angustiosa y llena de recelo. Los placeres que había ausentado de mi vida me continuaban siendo ajenos y cada verso hermoso con el que soñé se fugó mucho más alto, allá donde antes habitaba…

…Decidí finalmente dejar atrás a la mujer más bella, la mejor comida y el más intenso vino. De nada habían servido los placeres en mi nueva nueva vida. Mi columna se convirtió en mi más sensata sensación y sin embargo, al volver a aquel desierto que el mundo había creado para mí, me sorprendió la soledad, la sentencia final, la dolorosa y tormentosa visión. Mi desierto era carente y mi columna, la que había extraído cada instante de mi vida solo era un recuerdo.

martes, 26 de agosto de 2008

Aprendiz de estilita

Apenas recuerdo el suelo,
apenas dejé de soñarte me sentí libre,
y me colgué un cielo de estrellas el cuello,
para no volver a echarte en falta.

Sólo recorrí el camino que me llevó a tu ausencia,
y allí conocí dolores y placeres antiguos,
y me volví a mirarte sin ser capaz de encontrarte
en mi desierto.

No pedí ser yo,
ni siquiera pedí tener mis manos y mis pies,
atados a mi pasado,
no fui yo quien escribió en la arena una despedida,
y sin embargo en mitad de un suspiro
encontré el lugar donde descansar.

No recuerdo donde estaban tus gemidos
mientras me deshacía,
y aquí,
hoy en mitad de mi capitel angustioso
y angosto,
me he disfrazado de nuevo de aprendiz de
anacoreta.