Como una cabra...

En un mundo de locos, el más cuerdo esta encerrado en una habitación blanca y acolchada. En un mundo de locos, la demencia estaría a la orden del día. Sería lo normal, lo lógico o lo correcto, y el buen juicio estaría sin duda, penado por la ley. Un mundo en el que la gente hable sola por la calle, fanatice con objetos o aparatos diversos, dándoles las importancia que a las personas, a los animales o a la vida de cualquiera de ellos. En ese mundo aquel que priorice otro tipo de valores, será juzgado y encarcelado. En ese mundo la mayor de las locuras sería una verdadera sensatez. El chiflado sería el prudente. Es decir, la cordura es la mayor de las locuras.

Ayer mismo, la sociedad más evolucionada del planeta en que vivimos, y por cierto destruimos, lloraba la muerte de varias decenas de personas. Que horror. Las razones de porque ocurrió no las sabemos. Quizá la sociedad más evolucionada del planeta lo sepa. Me preocupa que sea capaz de salvar al mundo de extraterrestres y catástrofes pero que no sea capaz de evitar estas estúpidas muertes. Quizá sea lógico teniendo en cuenta que en esa sociedad es legal matar si crees que es correcto. Vaya, que mundo de locos.

Pero esto no es una crítica a la sociedad más avanzada del mundo. Es una reflexión sobre la raza elegida, sobre el culmen de la evolución, el ojito derecho de la naturaleza, o eso cree ella. Esta raza de la que hablamos tiene dentro de su cordura actitudes tan lógicas como el egoísmo, el narcisismo y la carencia absoluta de generosidad. Esta raza mata por que es necesario para mantener intereses materiales, golpea y hiere por mantener la locura que considera orden. Esta raza abocada a la auto extinción, que puebla e invade cualquier hábitat al alcance de su desdén.

En esta raza de cuerdos también hay locos. Si, los que deciden vivir con lo justo sin robar por la opulencia, esos son locos. Los que deciden invertir sus manos y sus ganas en ayudar a otros, son locos, y peor aún, ayudan a otros locos. Y los peores locos de todos, los que creen que no están locos. No lo admiten y sin embargo lo están. Cometen estupideces y dicen muchas más aún. Pobrecillos, están locos. Y tienen además esa carita de locos... Y si no fíjense: