Cuando todos somos adultos...

Digamos que el tiempo cura las heridas, que ver de lejos aquello que nos hizo daño, hace que no duela tanto. Quizá si. O tal vez no. Tal vez sea, como me dijo alguien sabio, que ahora, ya todos somos adultos. Por decir algo. Quizá sea que con el paso de nuestros pasos vamos aprendiendo cosas sobre la vida, vamos experimentando y asumiendo nuestras propias verdades. Eso nos hace valorar hasta que punto nuestros recuerdos son reales, tanto para lo bueno como para lo malos. De ese modo a veces algo o alguien que nos parecía absolutamente insustituible, con el paso de cada historia, deja de serlo. Y sin embargo, otras cosas, o personas, dejan de ser tan peligrosas para nuestra integridad y se convierten en lo que siempre debieron de ser, acompañantes en el camino que hemos de recorrer. Me explico. A pesar de que este hilo quede a medias, pues se hace necesaria una reflexión de verdad, me gustaría decir gracias. Por varias razones. Porque he dado mis propios pasos, y cada uno ha dado los suyos. Estos días lo han demostrado. Gracias, por una parte, por ser siempre insustituible. Gracias, por otra parte por convertirse de nuevo en lo de siempre. Gracias, para la primera parte de la parte contratante, por quitarte el disfraz de serenidad que siempre pareciste llevar. Gracias, para la segunda parte contratante, por agarrarme el brazo de repente. En general gracias. Disfrute muchísimo. Realmente disfrute. Qué divertido cuando todos somos adultos... Perdón por robaros la foto.