jueves, 7 de junio de 2007

Un café...

Es cierto que nunca se me dió nada bien escribir cartas. Es cierto, que no se me da nada bien decir las cosas como son, así que nunca lo haré. Soy un personaje ambiguo, incapaz de dar las soluciones a los problemas, sin plantear otro problema. Y así, va pasando mi historia, poco a poco sin decir nunca esto es así. Aún así la vida me va bien. Muy liado a veces, y muy triste otras veces. Y tenemos a medias un café, es cierto, no lo olvido, pero nunca saco un momento para tomarme un café conmigo mismo, así que imagínese. No siempre es sencillo acceder a una persona compleja, tan compleja como parece. No se, quizá sea cosa de que me hicieron así el tiempo y la desidia. No sé, le debo un café.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nos escondemos tras mascaras ataraxicas, de la vida que queremos, tras copas vacias, de un mundo que mejorar. Te deseo que ese cafe contigo mismo te lo cobres cada día y permitas acompañarlo de risas y abrazos.
A este paso me deberás una cena.