De cuando una retirada a tiempo no es cobardía...
Cansado,
con los pies hundidos en el fango,
los huesos húmedos
de la sangre de cientos de batallas perdidas,
y la mirada fija solo en sus ojos.
La espada pesa tanto como todos mis recuerdos,
y mi fuerza hace siglos que se ha esfumado,
he vendido mi alma al diablo por un solo vértigo,
y ahi esta mi último golpe.
La espada pasa lejos,
a unos centímetros que parecen años luz.
Sopeso la idea de otra estocada,
y de nuevo sus ojos.
No tiene sentido,
este mi momento, mi suspiro de vida,
y huyo, solo huyo.
Salté al vacio y no había lugar donde caer.
Y ahora, solo puedo darme la vuelta y esperar.
Mi enemigo no me matará por la espalda,
ya estoy muerto.
Ahora ya solo puedo...
ahora ya solo puedo aceptar la derrota y la humillación.
Lo siento, perdí como otras tantas veces y sin embargo...
no tiene sentido volver a mirar a los ojos a mi enemigo.
2 comentarios:
Maestro, ¿porqué no he leído esto en poetas? que no se repita eh? xD
Como siempre, magnífico.
Ya va, ya va, jaja. Dame un respirillo, que ya esta en poetas. Pero es que el nivel es tan alto... se requiere una selección leches.
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