Solitarios...
- No te entiendo, tío. No sé a que cojones viene todo esto.
- No viene a nada. No te pongas pesado, ya me conoces lo suficiente para saber que esto es lo que hay.
- No, no es lo que hay. Es lo que tú quieres que haya.
- Vale, lo que tú digas, no quiero discutir.
- Pues no discutamos. Pero dime ¿Por qué tú? ¿Tú que parece tan seguro, tan autónomo, tan…? ¿Cómo coño era esa palabra que te gusta tanto?
- ¿Anormal?
- No seas gilipollas, la palabra esa de los locos esos…
- Ataráxico… ya lo sabes.
- Eso, ataráxico. ¿Por qué tú que eres tan ataráxico?
- Simplemente porque no lo soy. No soy tan seguro ni tan autónomo, ni mucho menos… Bueno es igual, no lo entenderías.
- ¿Por qué no voy a entenderlo?
- Simplemente porque es demasiado complicado.
- Si ya, es complicado y no lo comprendería. ¿No será que tú tampoco lo comprendes?
- Claro que no lo comprendo. No seas pesado. No lo entiendo y punto. Además eres tú el que siempre me esta repitiendo que debo apoyar a nosequien o hacer sentir bien a otro nosequien.
- Ya pero nunca te he dicho que te olvides de ti.
- No me he olvidado de mí. Me he olvidado de ti.
- ¿Qué dices?
- Pues eso, que me he olvidado de ti. ¿Para qué parecer un solitario pudiendo serlo?
1 comentario:
Hacía ya que no me pasaba por aquí por falta de tiempo, que cuando vengo no me gusta llevar prisa, y como siempre, me vuelvo sorprendida.
PD. Gracias
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