lunes, 10 de diciembre de 2007

Recuerdos...

Rebuscando por el mundo de los fitis me he encontrado de repente con una historieta que escribí hace un tiempo. De vez en cuando me gusta pasearme por allí (os lo recomiendo a todos) y releo cosas de los grandes (los grandes ya saben quienes son), pero por casualidad a veces tropiezo con tartamudeos de cuando aquello. Me ha hecho gracia leer esto, porque, por suerte o por desgracia, la vida da tantas vueltas... Bueno, ahi va, que soy un pesado... Espero les guste...

Sigo volviendo cada dia a este lugar, he vuelto a mirar el tiempo que pasamos juntos. No recuerdo ya muy bien tu cara, creo que aquellos labios me gustaban, bueno, estoy seguro de que me gustaban, pero ya no recuerdo su textura, eso si, su sabor no se me va de los mios. Vaya, vuelve a llover, no me importa mucho mojarme, lo hago a menudo. Aqui casi siempre llueve. Asi que ya estoy acostumbrado. No se muy bien que palabras decir, aunque sigo pensando que me escuchas, aunque todo el mundo piense que estoy loco. Vuelvo hacia casa, y sigo pensando que a pesar de los comentarios, aquello fue culpa mia. Todo el mundo dice que esas cosas pasan, pero te escapaste tan pronto. Sigo escrupulosamente el ritual; al cruzar junto a las esquina de la tienda de regalos, dejo de pensar en ti. Vaya tonteria, siempre pienso que soy un egoista por dejar voluntariamente de pensar en ti. Aun asi lo hago, sin demasiada dificultad; quiza sea la practica. Compro regalices y me dedico a masticarlos como tu hacias. Eras demasiado impaciente para dejar que se deshiciera en tu boca; aquello me encantaba. Llego a casa, guardo en el bolsillo trasero del vaquero lo que me queda de los regalices. Cuando enciendo el ordenador, vuelvo a leer aquello que escribi, y vuelvo a esperar que en la pantalla algo de ti. No hay, ya no hay nada. Me duermo con cierta dificultad, y por la mañana, todo como siempre. Despertar, ducha, coche, cafe, trabajo, recuerdos, trabajo, recuerdos, coche, y de nuevo en es lugar. Otro dia mas. Tienda de regalos, regalices, sueño. Aun hay gente que pregunta, Eneko, por que sigues esperando. Te fuiste, y yo sigo en la estacion de trenes esperando verte aparecer a lo lejos.

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