martes, 4 de diciembre de 2007

Quizá sea eso...

Quizá sea tan solo
que no merezco
el premio de tus pies fríos,
ni las caricias,
ni el peso de tu angustia
en mi pecho
mientras duermes.

Quizá sea tan solo
que nunca fui
cómplice de la violación
de la serenidad
ni del asesinato de la cordura,
nunca cometí los errores necesarios.

Quizá sea tan solo
que no fui el viento en tus rizos,
ni el la hierba entre tus piernas,
ni el sol en tu cara.
No fui aquello que querías que fuese.

Quizá sea tan solo
que no tuve el valor
de matar el silencio,
ni llegué al lugar
donde descansan tus sueños
y mis anhelos.

No hay comentarios: