martes, 7 de octubre de 2008

Nuestra única primera vez...

He encontrado un algo que tan solo había empezado hace unos meses y al leerlo, de nuevo la melancolía me ha roto la boca... La idea original era darle a esto muchas páginas, pero he preferido simplificar, porque necesitaba decirlo...

"Y yo que decía que la felicidad había venido a por mi y resulta que la melancolía acaba de colarme un directo. Así que aquí estoy, con la mandíbula rota, una historia que contar y una canción...

Era mi primera vez en la vida en la valla. Nunca nadie, jamás, había esperado con tanto ansía. Nadie había caminado hacía el lugar acordado con tanto miedo. Nadie había temblado tanto pensando en la voz que sonaba por teléfono. Cuando llegué a la valla estabas allí. Nerviosa. En mitad de un millón de vueltas alrededor de los miedos de los incautos y los ingenuos. Parecía un niño a tu lado, sin saber que decir, sin saber a donde ir. No recordaba ni una sola palabra mágica y se me habían olvidado las sonrisas que parecían de verdad en los otros pantalones. Lástima que se habían manchado de angustia. ¿Dónde vamos? ¿Caminamos? Caminamos.

Caminamos torpemente, tropezamos en varias aceras, de un sitio a otro. Nos escondimos en el primer lugar que parecía aportar la seguridad que da la oscuridad. Una cerveza y un kalimotxo. Mi primer error aquella noche. Tu regalo en mis manos, y temblaba. De repente, todo fue rápido. Miradas, palabras, suspiros y buenas intenciones. Nunca pensé en tocar tu piel, solo fue casualidad. Más cerveza. Más miradas palabras y suspiros. Y malas intenciones.

Paseamos como si el planeta fue infinito, como si nada en la tierra pudiera detener nuestro paso y la noche nos besó la cara. La despedida temblando en los labios como casi siempre, a punto de desaparecer. Y el camino nos sigue llevando lejos, donde habita la impaciencia. Las dudas. Risas, abrazos y huidas. A mi lado los placeres sujetando la injusticia. Y cuando ya quiero morir la vida aparece en el suelo. Veinte euros, de cerveza.

Me miras y yo miro a Paul McCartney. Te juro que me marcho y tú, entre dudas e ilusión me espinas la garganta. Mátame y róbame un beso. Solo uno y desde ese instante, millones. Millones de besos, estrellas, caminos. Millones de miedos y dudas. Millones de abandonos. Millones de esperanzas. Toda una noche convertida en una vida. La historia es tan larga, que no recuerdo cuando empecé a echarte de menos, en el primer beso o en el último.

Y con el último, el adiós. El hasta nunca. El no volvamos a vernos. Y sin embargo, la valla verde sigue en mi camino. Mi camino a tu cuerpo. Mi camino a ti. Y sin embargo, ahora, ya soy feliz."

3 comentarios:

Anónimo dijo...

siempre se te ha dado mejor escribir "prosa" o lo q sea esto, los parrafos y eso de juntar palabras en takos gordos...

Anónimo dijo...

me encanta leerlo, releerlo y recordarlo, aunque desde luego que no se me va a olvidar, por algo fue la noche más especial!!

una vez más, gracias por escribirlo, porque en mi cabeza esa noche es un revoltijo de nervios y emociones

Un beso

Aprendiz dijo...

Lo escribí porque lo necesitaba. Necesitaba dejar sobre la mesa un papel con aquella noche. Me quemaba las retinas y necesitaba que alguien más la viera.

Por cierto Maitane, siempre se me dieron igual de mal, asi que no hay problema.