jueves, 11 de octubre de 2007

Paul Dirac y la poesía...

El otro día el amigo Taimar decidió que lo mejor que podía hacer era postear en su blog una curiosa anecdota del señor Gauss. Por su culpa me he puesto a buscar en el mundito de internet curiosidades sobre gente extraña que se dedica a la cosa esa rara de la ciencia. Y he encontrado algo curioso. En una frase de Paul Dirac. Un físico. Un gran físico según dicen. No se decirles, pero la curiosidad es la siguiente:

Cuando el físico norteamericano J.Robert Oppenheimer se encontraba trabajando en Göttingen fue a verlo Paul Dirac y mantuvieron la siguiente conversación: "Me han contado que escribes poesía. No puedo entender como alguien que trabaja en los límites de la física puede simultanear su trabajo con la poesía que representa una actividad en el polo opuesto. Cuando trabajas en ciencia tienes que escribir sobre cosas que nadie sabe con palabras que todo el mundo sea capaz de entender. Al escribir poesía estas limitado a decir... algo que todo el mundo sabe con palabras que nadie entiende".

Y pues nada, que me ha hecho gracia.

miércoles, 10 de octubre de 2007

Te digo y me olvido...

Hoy ha sido un día para dejarlo estar, nada en especial, pero todo asombrosamente diferente. Me separo de mi único referente sentimental de carácter temporal durante dos semanas. Además de mi referente sentimental de carácter temporal es un gran apoyo en mi "trabajo". Sin embargo no he sufrido ningún tipo de ataque de tipo nervioso, ni de tristeza. Creo que me estoy volviendo un poco asensible, lo que me lleva hacia una pequeña asentimentalidad. Eso hace, que a pesar de los terribles deseos que esta tarde me asolaban de escribir algo de verdad, no un tresminutosdemierda, haya llegado a casa y haya dejado a parte el papel y el boli y ni siquiera he tocado el teclado. Hoy ha sido un día ojeroso. Un día que no se ha quitado las legañas en todo el día. Mi único gran momento del día no lo ha sido. Supongo que los grandes días se reservan para la gente que los merece. Yo cada vez tengo más dudas sobre mi valor vital. y como hoy ha sido un día tan sumamente plomizo lo digo y me olvido. Al final, tresminutosdemierda.

Te digo caricias y me olvido,
sereno, sensato,
del calor y del placer.

Te digo los besos en la frente y me olvido,
extraño, lloroso,
de la lluvia en la estación, del batir palomas.

Te digo susurros y me olvido,
cansado, tranquilo,
del sueño profundo y del miedo nocturno.

Te digo mi lengua en tu cuello y me olvido,
ardiente, pasivo,
de tu ausencia egoísta y de tu asir las miradas.

Pero nunca te digo y recuerdo...

martes, 9 de octubre de 2007

Algo que decir, o algo.

Hoy se ha otorgado a la poetisa Olvido García Valdés el premio nacional de poesía. Reconozco que no había leído mucha de su obra, apenas algún poema aislado. Es curioso. Soy una persona a la que algunas gentes extrañas, osadamente me consideran un poeta (la gente esta un poco loca...) apenas me comporto como tal. Es curioso. El otro día, tuve un sueño. Nunca recuerdo mis sueños, salvo contadas ocasiones. El otro día, más bien la otra noche, tuve un sueño. Tuve un sueño que hablaba sobre un grupo de gente joven e incapaz de asumir el mundo como es. Los Poetas de mierda. Es curioso. Es algo que alguna vez alguien ha pretendido o pensado. En el sueño, alguien conocía a alguien. Ese otro alguien decidía que toda esa gente joven tenía algo que decir. Se tomaban potas de algunos de esos poetas y se plasmaban en un papel. Alguien vendía ese papel y alguien en algún lugar necesitado del mundo se beneficiaba de esa venta. Es curioso. Tan sólo era un sueño que ni siquiera se contar. No se, solo es algo que decir. O algo que contar.

Buscando en el mundo mágico de internet, he encontrado un precioso poema de la galardonada. Aquí os lo dejo:

ESCRIBIR EL MIEDO ES ESCRIBIR...

escribir el miedo es escribir
despacio, con letra
pequeña y líneas separadas,
describir lo próximo, los humores,
la próxima inocencia
de lo vivo, las familiares
dependencias carnosas, la piel
sonrosada, sanguínea, las venas,
venillas, capilares

domingo, 7 de octubre de 2007

El mundo en que no existo

Me rindo cada noche
y cada mañana me juro
que la derrota no es una opción.
Me engalano de auto engaños
y me miro en el espejo empañado del recuerdo,
me acompaño con placeres
y a volar
y a caer desde el crepúsculo
en el dolor que me espera
cuando me atraviese el pecho
la cruenta espada de la realidad.

viernes, 5 de octubre de 2007

¿Qué hacemos con la coherencia?

La iglesia católica va a beatificar a 498 victimas de asesinato durante la II República. Ese periodo de la historia. Ese periodo oscuro que dio paso a una guerra civil y a una infame dictadura. Se me separan en dos el corazón y el alma. Me dice que esas personas murieron por su fe. Murieron como mártires. Pero sus supervivientes se vengaron con desmesura. Señalando con el dedo, de forma cobarde, para que otros más valientes o engañados apretaran el gatillo. ¿Manu, qué coño hacemos con la coherencia? Manu, ¿puedo ser rojo si son asesinos? ¿puedo ser cristiano si son asesinos? O quizá su problema es que son hombres y mujeres. Simplemente eso. Y por tanto son egoístas y malvados. Solo por ser hombres y mujeres. Porque siento desilusionarlos a todos, no existe el altruismo. Lo siento.

Pues eso, Manu, si lees esto, dime, ¿qué hacemos con la coherencia? Porque tú igual que yo, eres cristiano. Crees en Jesús. Y crees en que su doctrina es buena. Tú sabes más de todo esto, dime, ¿por qué no se puede hacer política para el bien del mundo en vez del bien para mí? Solo pregunto.

miércoles, 3 de octubre de 2007

Tan sólo...

Tan sólo era una sensación extraña cuando comenzó. Tan sólo era eso. Me volvía huraño de vez en cuando, solitario. Me sentía como si nadie en este mundo pudiera escuchar mis tonterías. Porque mis tonterías siempre fueron tan sólo eso. Tan sólo fue una sensación extraña el día en que me di cuenta de que me estaba muriendo. Me moría poco a poco, irremisiblemente. Tan sólo fue eso. Tan sólo eso lo que me decidió a intentar vivir los pocos instantes que me quedaban. Me di cuenta de que existir es demasiado efímero como para ser importante. Tan sólo fue eso, un instante. Tan sólo lo que tarde una persona en decidir si quiere café o te. Tan sólo un instante cambió mi vida. Cargue en mi mochila de aire y en mi zurrón de mentira todo lo que necesitaba. Paciencia, generosidad, paso firme y una pizca de cariño. Lo até todo muy bien. A partir de ese momento, que fue eso tan sólo un momento, comencé a vivir mi muerte. Viví feliz, viviendo esos últimos 63 años de mi vida, hasta que aquella maldita enfermedad acabo con mi vida. Tan sólo fue una sensación rara, tan sólo un instante en el que contraje la enfermedad del tiempo.

lunes, 1 de octubre de 2007

Remitiendo, pero no amainando...

Ya volví de mi viaje a Italia. Un país más que interesante en mi opinión, pero de eso hablaremos en otro momento. Que aún necesito reflexión e interiorización, es lo que tenemos los lentitos. Hoy vengo a tratar otra historia. Es la historia de Carola. Les remito a un lugar maravilloso, el blog de Rocío, allí pueden leer y escuchar la historia de Carola. A mi personalmente me parece una historia maravillosa, pero muy trágica al fin y al cabo. Resulta increíble como nuestra cobardía e inseguridad nos lleva a parece inexistentes ante el mundo. Yo no soy un valiente, lo reconozco, y eso me lleva a desaparecer a menudo. Por eso llevo todo el día meditando en torno a esa historia.

Mi reflexión no es en absoluto brillante, pero es mía. Así que la quiero igual. Se trata tan solo de que ese trabajador del DF no ningún cobarde, es tan solo una persona normal, que teme al fracaso más que a la soledad, pues esta a menudo nos parece más llevadera, no se sabe muy bien por qué. Solo empiezas a existir cuando el temor a la soledad puede al del fracaso (ya sea porque el primero aumenta o el segundo disminuye) o simplemente eres un temerario. Así pues, esperaré en mi ventana a Carola, a ver como anda mi equilibrio soledad-fracaso. Aunque mi historia tiene un pequeño condicionante, sufro de pánico al ridículo, por lo que mi miedo al fracaso estrepitoso a menudo me atenaza. ¿Y ustedes, como andan de miedo a la soledad y al fracaso?...

Reflexión pobre, sin duda, pero uno es lentito, ya lo he dicho...