Me voy...
- Creo que este es un gran momento para marcharse. Ya llevo años haciendo las maletas. Por fin hoy me di cuenta de que ya había recogido toda mi ropa. No me queda más que lo puesto. Todas mis fotos también están en la maleta. Incluso las dos pajaritas de papel que me regalaron.
- Si es lo que deseas...
- Sin duda. Ya no me queda nada en este lugar. Los recortes de periódicos los llevo en esta carpeta. Mis cds están guardados. Y todas mis palabras las llevo en el zurrón del agujero. Ni siquiera quedan ya las sonrisas que pegue durante años en las paredes para aprender cómo se hace.
- La verdad es que este lugar se ve muy triste así. Quizá sea verdad y debas marchar...
- No prometo escribirte, no sé si podré hacerlo. Pero eso sí. Me acordaré de ti. Llevo tu bufanda para no olvidarte. Y la camiseta que me regalaste. "En el cielo no se ve llover". Que gracia me hizo la primera vez que la leí. Por cierto. Te dejo ahí el borrador del que debió ser mi primer libro. Ya sabes que nunca me atreví. Si quieres puedes hacer lo que quieras con él. Ay!! Se me olvidaba la caja de los libros. Ya la cojo. Menos mal, no sé qué haría sin ellos...
- Bueno, pues no me queda más que despedirme. Un abrazo. Sé muy feliz. Espera, que te abro la ventana.
- Muchas gracias. Y ahora ¿qué vas a hacer tú?
- Pues nada en especial. Por lo pronto, ahora escuchar como caes y chocas contra el suelo. Un abrazo. Adiós.
- Adiós.
3 comentarios:
joder, q mal rollo!
Triste, y a la vez necesario.
Sabes que la caida te va a destrozar, y sin embargo, te tiras. Yo lo llamo valentía.
Lo peor es el último paso, una vez que has comenzado a caer solo queda disfrutar de la caida.
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