El sexo de tu saliva
Tan salados los dedos,
tan húmeda el alma,
tan sabrosa tu boca,
tan tembloroso mi cuello.
Tan afilados tus dientes,
tan asombrado mi vientre,
tan pétrea mi esperanza,
tan ansiosa tu saliva.
Aprender algo no es una meta que alcanzar, es el camino a recorrer para llegar a un puerto cálido y hermoso.
Tan salados los dedos,
tan húmeda el alma,
tan sabrosa tu boca,
tan tembloroso mi cuello.
Tan afilados tus dientes,
tan asombrado mi vientre,
tan pétrea mi esperanza,
tan ansiosa tu saliva.
Tartamudeo de Aprendiz en 10:00
Etiquetas: Tartamudeos
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