jueves, 25 de septiembre de 2008

En tus manos...

Vendados los ojos,
muertas las manos,
con cada dolor soñando placeres,
y todos los besos
colgando del techo.

Doscientos trece segundos
para un abismo,
y solo caigo y caigo,
y solo espero,
tus manos.

Tus cálidas manos.

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