lunes, 14 de enero de 2008

Dormir es de cobardes...

Ya estoy seguro, tengo un problema con el sueño. No soy capaz de dormir como todo el mundo, así que a altas horas de la noche, a uno no se le ocurre otra cosa que ponerse a escribir tonterías. Así nació esta trilogía del momento, que nada tienen que ver entre ellas, apenas parecido temporal, y bueno, que se escribieron sin ganas... ni de escribir, ni de pensar, ni de abrir la puerta, ir a su habitación y decir, pues nada, esto es lo que hay. Además cualquier atisbo de melancolía, tristeza o pena en ellas es defecto del lector...

Los pasos del viento

Y sigo descalzo los pasos del viento
y el viento golpea sin miedo mi cara,
abate mi fútil compostura,
me pierdo asqueado en la incertidumbre,
la duda y el convencimiento de la resignación.

Escapo angustiado de cárceles,
de sentimientos ambiguos y abstractos,
y me concentro en su pelo, sus ojos,
su extraña sonrisa
y su ausencia.

Mi tiempo de espera.

El lugar donde el tiempo, me juran,
decide su tiempo.
Su nacimiento y su muerte.
Y yo a su lado,
sigo descalzo los pasos del viento.



De regalo, canción:



¿?

¿Y si aportara algo a su vida?
¿Y si quisiera querer y que la quisiera?
¿Y si fuera sencillo sentarme a su lado?
¿Y si estuviera tan loco como para volverme cuerdo?
¿Y si mintiera y te dijera que no te recuerdo?


Di un número

1. Respiro
2. Asumo
3. Comparto
4. Comprendo
5. Sonrío
6. Añoro
7. Recuerdo
8. Idealizo
9. Estructuro
10. Olvido

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