jueves, 30 de agosto de 2007

Yo también he sido joven...

Yo también he sido joven, que diría aquel. Me han hecho recordar y recuerdo. Me han puesto en bandeja el pasado y me viene a la mente una canción de Sabina. Los porros, los besos y maldita sea, ya nadie me escribe diciendo no consigo olvidarte. Es así de simple, fui más joven, pero ahora tengo un mundo distinto en mis manos, a mis pies...

Ahora ya no me rodea aquella luna que siempre he temido, desde que era más joven y una promesa me unió irremediablemente a ella. Pasaba las horas a su lado, y sin embargo hoy ya no es la luna mi temor. Ya no lo es, porque simplemente ya no la necesito. Hoy mi temor se difunde a través de la membrana del tiempo en personas, en dolores de cabeza en placeres olvidados y básicamente en que ya nadie me escribe diciendo no consigo olvidarte...


Con la frente marchita (Joaquín Sabina)

Sentados en corro merendábamos besos y porros
Y las horas pasaban deprisa entre el humo y la risa.
Te morías por volver "Con la frente marchita" cantaba Gardel
Y entre citas de Borges, Evita bailaba con Freud.
Ya llovió desde aquel chaparrón hasta hoy.

Iba cada domingo a tu puesto del Rastro a comprarte
carricoches de miga de pan, soldaditos de lata.
Con agüita del mar Andaluz quise yo enamorarte,
pero tú no querías más amor que el del Río de la Plata.

Duró la tormenta hasta entrados los años ochenta.
Luego, el sol fue secando la ropa de la vieja Europa.
No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca, jamás, sucedió.
"Mándame una postal de San Telmo, adiós, ¡cuídate!"-
Y sonó entre tú y yo el silbato del tren...

Iba cada domingo a tu puesto del Rastro a comprarte
monigotes de miga de pan, caballitos de lata
Con agüita del mar Andaluz quise yo enamorarte,
pero tú no querías otro amor que el del Río de la Plata.

Aquellas banderas de la patria de la primavera,
a decirme que existe el olvido, esta noche han venido.
Te sentaba tan bien, esa boina calada al estilo del "Che".
Buenos Aires es como contabas, hoy fui a pasear,
y al llegar a la Plaza de Mayo me dio por llorar
y me puse a gritar: "¿Dónde estás?"

Y no volví más a tu puesto del Rastro a comprarte
corazones de miga de pan, sombreritos de lata.
Y ya nadie me escribe diciendo:
"No consigo olvidarte, ojalá que estuvieras conmigo en el Río de La Plata"


4 comentarios:

Anónimo dijo...

no consigo olvidarte

Anónimo dijo...

pero tampoco prentedo olvidarte

Frozen dijo...

Nos hacemos viejos eh!

La gente no se olvida así como así.

Aprendiz dijo...

No me olvides...