Dile la verdad...
-Deberías hablar con ella, no sé a qué esperas. Ambos lo estais pasando mal. Sé que para ti es difícil, pero no hay otra solución, es así y lo sabes, no puedes esperar más. Si sigues esperando...
-Si sigo esperando ¿qué? ¿Qué pasará? ¿Que nada saldrá bien? Vaya, que novedad.
-Pues si, pasará lo de siempre, todo saldrá mal. La única posibilidad es que hables ya con ella. Está mal hacerla ignorante, es importante que sepa la verdad.
-Es demasiado niña para saber la verdad, la verdad es muy dura.
-Es posible, pero aunque dura, es la verdad. Ya tiene edad suficiente para aprender a superarlo, no puede seguir así. Se hará daño.
-No. Ella no se hará daño, la ignorancia es placer, el vacío es placer. Lo mejor para ella es encontrar otra verdad. Una verdad hermosa, que la haga feliz.
- Mierda feliz. Su verdad es la que hay. ¿Acaso crees que otra verdad la hará más feliz? Si, seguro que lo crees. Estúpido...
-Si, lo creo y ¿qué? Es cierto, cualquier otra verdad la hará más feliz. Ella merece cualquier otra verdad.
-Y ¿qué merece tu verdad? Eh, ¿qué merece tu verdad?
-Mi verdad merece morir agonizando, eso merece. Morir sola, de agotamiento y soledad.
-Eres estúpido...
-Quizá si... pero no pienso decirle la verdad...
-Peor para ti...
-Puede... pero no pienso decirle que la quiero...
Gracias Taimar por la inspiración, te debo unas golfas (para los no familiarizados con mi terminología de mierda, no se me asusten, las golfas son las musas, esas que se aprovechan de ti, disfrutan un instante y luego se van, a vestir otros cuentos, y otras penas)
2 comentarios:
Gracias a ti por regalarnos esta conversación.
La verdad y sus consecuencias son probablemente uno de los misterios mas difíciles de resolver de la humanidad. Siempre, la verdad puede ser el camino correcto, o puede ser el malo. Incluso puede que ambos caminos sean correctos o erróneos. La verdad en definitiva, a veces, no determina tanto, lo que hace que esta sane o hiera es la forma en que se trata.
Es una reflexión interesante, la verdad no importa como tal, de acuerdo. La verdad no importa como tal, porque no existe como tal.Mi verdad no es tu verdad. Pero no es culpa suya, es simplemente que los hombres hemos inventado un nombre para algo abstracto que no existe, porque no lo sabemos utilizar, la objetividad. En "lo mejor que le puede pasar a un cruasán" se dice que un concepto existe desde el momento que se nombra, en parte si, pero ese concepto es abstracto hasta que no se utiliza, esa es la situación de la objetividad. Así la verdad es un punto en el espacio dentro de un poliedro, de infinitas caras, y cada uno la ve a través de una de las caras, así pues, la verdad existe pero nadie la ve como tal, solo la interpretamos. Por tanto la verdad no tiene la culpa de sus consecuencias, solo la tiene nuestra interpretación.
Perdón por el rollo pero ya tenía ganas de conversar contigo...
Publicar un comentario